Imagina, como Lennon, un mundo mejor
En octubre volví al mundo de las ONG, del que me fui en 2009 como asalariada, aunque regresé como autónoma en algunos proyectos durante estos años para Down Catalunya y Acnur.
Un cierto desencanto de la política y una buena oferta me hicieron dar el paso. Pero me topé de nuevo con los mismos problemas, 15 años más tarde: bajos salarios, muchísimo trabajo y poca puesta en valor de la comunicación como eje básico para una entidad del sector.
A ello hay que sumarle la irrupción de las redes sociales, que deberían haber hecho crecer las plantillas de comunicación, pero han sumado más tareas a la ya de por sí compleja orquesta que suponen los canales off-line y la relación con los medios. No sé cuál es la razón por la que, como sector, hemos permitido que nuestro trabajo se devaluase de esta manera, pero siento que ya nada volverá a ser igual en cuanto a derechos laborales, a menos que aprendamos a dejar muy claro que lo que no se ve bien no existe y que lo que no se cuenta en el momento adecuado con las técnicas más actuales del momento está destinado a llenar páginas de código que nadie leerá y que se quedará en el fondo del scroll.
Estamos en un momento de cambios delirantes y apasionantes, como la llegada de CHAT GPT y otras herramientas basadas en la inteligencia digital. Urge regularlas y usarlas para imaginar un mundo mejor. Dominarlas para demostrar que nadie ni nada puede sustituir jamás la inteligencia humana ni la fuerza de la imaginación.